Anoche mis arbolitos y yo nos despedimos de la feria. ¡Adiós -dijimos a coro- a luces, música, gente, fiesta! ¡Adiós, noria gigante y gritona! Mañana, cuando despierte tan solo quedarás tú, apagada, solitaria, silenciosa, casi muerta, pero la noria de verdad, la vida, sigue y sigue, y yo, pequeño arcaduz, quiero recoger de su pozo el maravilloso néctar que destilan las pequeñas y maravillosas cosas de cada día. Así jamás dejaré de lucir esos mágicos irisados de tu noche de feria que se apaga, que se apagó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario