Tan solo unas sencillas y breves reflexiones que nos ayuden en nuestro, tal vez doloroso caminar.
Amigos, solos en la noche: ¿Por qué no valorar lo mucho que tenemos y afligirnos menos por lo que ya se nos fue?
No somos justos, cuando lloramos nuestra soledad.
Tenemos la riqueza de esa otra vida: la interior.
Si carecemos de ella, ¡sí que estamos solos!
Los mayores, que los somos en casi totalidad, mientras seamos útiles, autónomos, capaces de irradiar ilusión, competentes y profundos para crear momentos felices, no precisamos mayor atención: no somos viejos.En tanto llega ese día, vive el presente en plenitud, feliz, amándote y amando. Lo que hoy siembres, mañana recogerás. No lo dudes.Y una mano lista para el viejo que necesite bajar un escalón sin tropezar
La dignidad de ser mayor es algo así como una hermosa prenda que ilumina oscuridades y crea rescoldo que calienta manos de seres humanos ateridos por el desaliento, angustia y agobio que les puede producir el paso del tiempo.
La vida, con el paso de los años, inevitablemente, se va transformando en montón de pérdidas donde, no obstante, palpitan hermosos retazos de felicidades .
l tiempo, ni la edad los culpables de que seamos o no "abuelos". No, somos nosotros mismos, cuando borramos del alma aque nuestro cumpleaños, cuando nos molestan los cambios, cuando seguimos aferrados a una juventud que se nos fue...
Tendré que deciros que tenemos muy poco hilo que desmadejar, leve aire para respirar, pocas bocas para besar, pero instantes, tal vez muchos, para crear.
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