Ek arte de envejecer

Ek arte de envejecer

11 ago 2016

Reflexiones al amanecer



Tan solo unas sencillas y breves reflexiones que nos ayuden en nuestro, tal vez doloroso caminar.

Amigos, solos en la noche: ¿Por qué no valorar lo mucho que te­nemos y afligirnos menos por lo que ya se nos fue?
No somos justos, cuando llora­mos  nuestra soledad.
Tenemos la riqueza de esa otra vida: la interior.
Si carecemos de ella, ¡sí que estamos solos!

Los mayores, que los somos en casi  totalidad,  mientras sea­mos útiles, autónomos, capaces de irradiar ilusión, competentes y profundos para crear momen­tos felices, no precisa­mos mayor atención: no  somos viejos.En tanto llega ese día, vive el presente en plenitud, feliz, amándote y amando. Lo que hoy siembres, mañana recoge­rás. No lo dudes.Y una mano lista para el viejo que  necesite bajar un escalón sin tropezar  

La dignidad de ser mayor es algo así como una hermosa prenda que ilumina oscurida­des y crea rescoldo que calienta manos de seres humanos ateri­dos por el desaliento, angustia y agobio que les puede producir el paso del tiempo.

La vida, con el paso de los años, inevitablemente, se va transformando  en montón de pérdidas donde, no obstante, palpitan hermosos retazos de felicidades .

l tiempo, ni la edad los culpables de que seamos o no "abuelos". No, somos nosotros mismos, cuando borramos del alma a­que nuestro cumplea­ños, cuando nos molestan los cam­bios, cuando seguimos afe­rra­dos a una juventud que se nos fue...

Tendré que deciros que tenemos muy poco hilo  que desmadejar, leve aire para respirar, pocas bocas para besar, pero instantes, tal vez muchos, para crear.

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