Ek arte de envejecer

Ek arte de envejecer

25 nov 2015

Día I, contra la Violencia de Género

Hoy, amigos es el Día Internacional   contra la Violencia de Género, una lastra que duele en el alma. Maltratar a una mujer es una infamia y una cobardía. 
Tremendas circunstancias de mi vida, me llevaron, como acompañante, a compartir habitación en un hospital. Fui testigo de un hecho que resumo en un breve relato
DOS HOMBRES
Él, operado de estómago, malhumorado, se quejaba día y noche, protestaba, exigía, insultaba a ella, su mujer, discreta, humilde, pasada de carnes  y años que sin rechistar lo atendía, mimaba, soportaba en silencio: lenta, torpe, no sabes, no entiendes, no veles te duermes, so trato…! ¡Solo piensas en ti! –repetía-. ¿Qué será de ti, si te falto?
Una noche, ella sufrió un desmayo. Se la llevaron con urgencia. Poco después, un profesional informaba: Su mujer está muy grave. Dice que usted sabía que le quedaba poco, que el cáncer la tenía invadida, que estaba en fase terminal…
Él, mascullando sonidos ininteligibles, sin apear un incontrolable y huraño desabrido, dice al fin: ¡Claro que lo sabía! Pero, ¿quién me cuida a mí ahora? ¡Valiente egoísta!

Y yo lo escuchaba, y lo miraba y para mis adentros decía: ¿qué será de ti sin ella?. Mi marido, también en fase terminal, escuchaba. Sin palabras, me cogió la mano y dándome un beso, exclamó: echa la cortina y trata de dormir un rato.

16 nov 2015

Todos somos mundo

DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
ISABEL AGÜERA
17/11/2015
Hace años ya, y a raíz de un problema, comencé a comprender que la vida es algo más que la rutina que llevamos, algo más que una serie de cosas a conseguir: tener un piso, un coche, un trabajo, unos hijos..., esquema que todos sabemos pero nos acoplamos a él, aun oyendo dentro de nosotros una voz que nos dice que eso no es todo, pero no escuchamos hasta que nos ocurre un súbito imprevisto que nos abre los ojos y cambia el chip porque nos damos cuenta de que, si bien todo aquello es importante, pasa a un segundo plano, ya que nos sorprenden nuevas preocupaciones, nuevas formas de verlo todo y un mayor interés en descubrir eso que hay de más y aún ignoramos. 
Caemos, en un tris, en lo efímero de la existencia y de cómo vivimos el estrés de pequeños y materiales intereses, sin pensar cuánto nos queda por explorar, ampliar el mundo y cuánto nos queda por aprender, por comprender, por aceptar, caemos, digo, cuando recibimos un duro golpe, y como si nos despabilaremos de un absurdo sueño, se nos activan las alertas de lo que somos, tenemos y podemos perder, y es entonces cuando nos mostramos solidarios, generosos, humildes y sinceros con nosotros mismos y con los demás.
Desde hace días, el terrorismo, las víctimas y el miedo son fantasmas que sobrevuelan nuestras vidas, entre otras razones, porque también nosotros, estemos donde estemos, en un repente, podemos recibir el zarpazo de la muerte, el dolor y la desesperanza. De ahí que nos sirvan acontecimientos como los recientes para darnos cuenta de que no hay marcha atrás. La esencia de la vida es caminar hacia delante, en un solo sentido y en multitud que nos acompaña e ignoramos y quisiéramos apartar a codazos pero que, no obstante, un buen día, gritamos a una: "¡Todos somos París!". Y a vestirnos, por unos días, de bandera de pies a cabeza.

Otro gallo cantaría si nos estamparnos en la frente y para siempre: todos somos emigrantes, negros, refugiados, seres humanos, mundo... Y nos revistiéramos con la bandera blanca de la justicia, del amor, de la paz.