Ek arte de envejecer

Ek arte de envejecer

12 jun 2016

Lugares mágicos de mi pueblo, Villa del Río

                          
Un placer poder mostrar algunas imágenes de mi pueblo, Villa del Río

9 jun 2016

Mi Padre Nuestro

Amigos: un sencillo padre nuestro que escribí para una asociación de mayores.


Padre nuestro que estás en los cielos:
En este día, bello atardecer de  vidas para  algunos   y gloriosa alborada para otros, queremos pedirte el  pan que más necesitamos todos como alimento.
Tú que siempre nos  lo diste, sé generoso en esta hora y escucha nuestros ruegos:
no permitas, Señor que los años nos hagan insensibles a   realidad presente.
Queremos seguir siendo canción, ilusión, beso, caricia, sonrisa, palabra…  para cada ser humano, sin que nos importe el color de su piel, su nombre, su país... Sólo, sí, sólo su mirada y sonoros  silencios…  

Padre nuestro que estás en los cielos:
Queremos santificar cada hora que el reloj implacable del tiempo  nos vaya recordando achaques y deterioros.
Queremos aceptar en paz la soledad y el dolor. Queremos o ocultar lágrimas y repartir sonrisas.
Queremos tener las manos tendidas en la dirección del amor.

Padre nuestro que estás en los cielos:
Venga a  nosotros tu reino, aquel dónde podamos seguir siendo zahoríes del jardín maravilloso del mundo... No nos   importa que la parcela sea pequeñita.  ¡Déjanos, al menos, que cultivemos  una rosa!
Venga a nosotros  tu reino, aquel dónde la injusticia no nos sea indiferente, dónde  la ilusión siga  alumbrando este camino que nos va acercando a grandes pasos a ti, al tiempo que nos  va alejando de nosotros.
Venga  tu reino de paz, sí, la paz del deber cumplido,  con fallos, con errores, con olvidos...¡Somos humanos, Señor!.  La paz que, hoy,  minuto a minuto, queremos  crear,  compartir, vivir y morir.

Padre nuestro que estás en los cielos.
Hágase tu voluntad, sin que nos revelemos, sin que nos asuste , sin que te reneguemos., sin que dejemos  por ello de luchar.

Líbranos, Señor, de la arrogancia, de la hipocresía, de la envidia...Líbranos   de caer en pesimismos y lamentos...
Danos, Señor, cada día, el pan que nos torne a nuestra realidad  de hoy para que sin nostalgias, sin temores, sigamos construyendo, caminando... Y no permitas que ciego a a lo que somos. Nos proclamemos   jóvenes  y virtuosos; tampoco viejos y necios.

¡Danos, Señor, tu pan..! Tú pan es el bocado que necesitamos para que nuestro  AMEN definitivo sea un cántico de gloria que haga sonreír al mundo por los siglos de los siglos...