Ek arte de envejecer

Ek arte de envejecer

15 abr 2014

No es mercancía




          Nuestras avenidas y calles, escenario de tantos seres humanos en su último paso.

Me  detengo y guardo silencio, cuando un coche fúnebre se me cruza en el incesante tumulto de tráfico y gente que son las calles de la ciudad.
¡Un minuto de silencio, por favor! –me susurra en el alma como grito ahogado por impotencia y emoción- Descubríos, amigos y despedid a este ser humano en su  último recorrido por nuestras calles, su camino, hasta ayer,  pasos de su incesante trajinar diario con interrogantes, problemas, afanes, ilusiones… idénticos a los nuestros y  entre la gentes que, durante muchos años, lo saludaron al paso.
Sol, nubes, lluvia, viento, cielo, gente, coches… Y campanas que me doblan en los adentros, mientras en un réquiem eterno, repito: Adiós, quién quiera que seas. No vas solo, Mi sentimiento te acompaña. ¡Descubríos, amigos, por favor y guardar un minuto de silencio! No es mercancía; es un ser humano.

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