Un oscuro amanecer puede terminar
en un bellísimo crepúsculo
DE niña tuve un bonito sueño: bordar el cielo con hilos de seda y en mi pequeño
bastidor, y pintarlo con lápices de colores en una hoja de papel.
Hoy sé que mi sueño se ha hecho realidad,
porque veo a Dios en el gran lienzo de la vida y, en mi corazón late, en
pequeñas puntadas, el suave aguijón del amor.
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