Ek arte de envejecer

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23 dic 2012

La dicha de la Navidad

La dicha de la Navidad

De una manera muy particular, cercana y entrañable os recuerdo estos días en los que sutilmente se esgrimen y acentúan recuerdos, sentimientos, soledades...

La dicha de la Navidad puede que se nos haya tornado cúmulo de escombros en los que apenas quede algo en pie que nos transmita el rescoldo preciso para sobrevivir en la ingenua ventura de estas fiestas.

No obstante, amigos, removed en el ardiente arsenal del pasado, mirad a vuestro alrededor, contemplad el presente y concluid cómo la vida sigue siendo bella: hay hijos y nietos a quienes amar; amigos con quienes conversar; libros que leer, música que escuchar, jardines que pasear, seres humanos a quienes ayudar...
Queridos mayores:

A nuestra obra le urgen pinceladas, sutiles trazos, huellas... destellos de luz en un mundo que empieza a ser noche las veinticuatro horas, mientras seres humanos piden socorro a nuestro alrededor.

Puede que creamos haber gastado por entero la efímera luz de nuestra antorcha en provecho propio, pero yo os digo que aún nos queda un destello.

Reservémoslo para los demás y seguro que nos aguarda “el hada de los caminos” para premiarnos con la luz eterna, en estas fiestas, siempre...!

Os deseo toda la felicidad del mundo.



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