Desde mi terrassa. Primera luna de 2015
Dos mujeres, tan gemelas
en el físico que confundían a la gente, vivían en la misma casa. Una de ellas,
acostumbrada a vivir del trabajo de su hermana, mientras ella se daba a la
buena vida, de la noche a la mañana, se quedó sola. Sintiéndose abandonada y
sin saber qué hacer para seguir viviendo, cayó en una fuerte depresión.
Un día
de sol se dijo: saldré al jardín a ver si me mejoro. De repente se sintió
perdida: ¿Quién soy? –se preguntó-. ¿Dónde estoy? Abatida y temblorosa
descubrió unas huellas idénticas a las de sus pasos: ¡Vaya! –exclamó-. ¡Si son
mis huellas! Las seguiré y me llevarán a mi casa.
Y dicho esto, comenzó a
caminar de nuevo, cuidando de colocar sus pies sobre las huellas. Ensimismada
salió del jardín, sin perder ni una sóla de aquellos pasos de su misma talla y
que la parecían tan firmes y seguros.
Cuando, al fin, levantó la
vista, se encontró en el umbral de su casa. Atropelladamente entró y se dirigió
al baño, dándose de bruces con el espejo, pero la imagen que veía en él no era
la suya; era la de su hermana.
Dice Neruda: Algún día en
cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti
mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Y esta madrugada, al salir
a mi terraza,la hermana luna me esperaba. Sin poderlo evitar he cantado a dúo
con Mercedes Sosa: gracias la vida que me ha dado tanto…
Y al ver la luna esta madrugada, di gracias a la vida..
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