No hay palabra más bella que
esta: ternura. No obstante, está prácticamente olvidada, porque en los tiempos
que corren se impone la creencia de que para ser alguien, hay que ser duro.
Creencia que no comparto. Prefiero un momento de ternura a una vida de ser
alguien.
Es un engaño de esta sociedad de
absurdas maratones, pisando la cabeza de quien pueda correr más. Y yo me
pregunto: ¿para qué? ¿Acaso somos eternos? Y corremos, corremos.
Queremos, buscamos ser alguien
mientras el mundo clama por ese momento de ternura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario