Queridos amigos y amigas:
Este sencillo y breve cuento que puede servirnos de reflexión:
Ser grandes o chicos no depende de la estatura
sino de lo útiles que podamos
ser para todos.
Un árbol gigantesco le dijo a una sombrilla que, colocada bajo
él, proyectaba una
pequeña sombra en el césped:
¡Hay
que ver lo inútil, lo ridícula, la poca cosa que eres bajo mis frondosas ramas
de
frescas sombras.
La
sombrilla no respondió, pero, cuando llegó el mediodía, un sol rabioso caía
sobre el
césped sin sombra alguna del árbol.
Unos
caminantes, al descubrir la sombrilla, se colocaron bajo ella, manipulándola
hasta
lograr la sombra deseada.
Y
se quedaron allí a descansar.
El
árbol y la sombrilla se miraron. El árbol guardó silencio. La sombrilla sólo
dijo:
Soy pequeña, ridícula, absurda.., pero soy
flexible; mi sombra sirve a todos.
Una muy buena lección sobre la flexibilidad. Besos
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