Ek arte de envejecer

Ek arte de envejecer

12 abr 2013

Un minuto de silencio



Y esta mi rosa para que te acompañe.

Me detengo y guardo silencio, cuando un coche fúnebre se me cruza en el incesante tumulto de tráfico y gente que son las calles de la ciudad.

¡Un minuto de silencio, por favor! –me susurra en el alma como grito ahogado por impotencia y emoción- Descubríos, amigos y despedid a este ser humano en su último recorrido por nuestras calles, camino, hasta ayer, pasos de su incesante trajinar diario con interrogantes, problemas, afanes, ilusiones… idénticos a los nuestros y entre la gente que, durante muchos años, lo saludó al paso.

Sol, nubes, lluvia, viento, cielo, gente, coches…
Y campanas que me doblan en los adentros, mientras en un réquiem eterno, repito:
Adiós, quién quiera que seas. No vas solo, Mi sentimiento te acompaña.
¡Descubríos, amigos, por favor y guardad, almenos, un minuto de silencio!

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